Características principales
Foto: Ricardo Cali
• Los machos pesan en promedio entre 55 y 70 kg y las hembras, entre 35 y 45 kg. Sin embargo no es infrecuente que algunos machos superen los 100 kg.
• La longitud incluyendo la cola puede alcanzar los 2,20 m en los machos y los 2 m en las hembras.
• La tonalidad y largo del pelaje varía con el ejemplar, la época del año y el ambiente; En una misma región suelen coexistir dos morfos, una leonada o rojiza y otra parda o gris.
• Posee una cabeza pequeña en relación al cuerpo, el cual es alargado y tiene patas cortas y musculosas.
• La cola es muy larga, representando el 30 al 40% de la longitud del cuerpo.
• Los dientes caninos son relativamente gruesos, dando la falsa impresión de ser cortos.
• Las hembras paren por primera vez a partir de los dos años.
• El intervalo entre partos es de unos dos años.
• Si una hembra pierde su lechigada no tarda mucho en volver a entrar en celo.
• Luego de unos 90 días de gestación las hembras dan a luz a 2 a 3 cachorros en promedio (pueden ser hasta seis).
• Los cachorros se independizan cuando alcanzan los 18 meses, momento a partir del cual se los considera subadultos.
• En general todos los cachorros machos se dispersan alejándose en promedio unos 80 km del territorio materno. Las hembras suelen permanecer más cerca del mismo. Hay casos de ejemplares dispersándose 400 – 1000 km y un caso de 3000 km. Este fenómeno es el que garantiza que en las subpoblaciones no haya imbreeding y permite recolonizar áreas de las cuales los pumas habían sido extirpados, tal como ha sucedido y continua pasando en la ecorregión pampeana.
• Este félido tiene una extraordinaria capacidad para recuperarse en el caso que sus poblaciones sean afectadas por la caza. Tal es así, que luego de reducciones de alrededor de un 50 % , algunas poblaciones volvieron a sus números previos en cuestión de 1 a 3 años.
• La dieta del puma se sustenta en ungulados. En USA, en donde más se lo ha estudiado, los predilectos son el ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus), el mula (Odocoilues hemionus), el ciervo colorado (Cervus elaphus) y la oveja de grandes cuernos (Ovis canadensis)
• Entre las presas más pequeñas parece tener preferencia por puercoespines y lagomorfos.
• En las Pampas solía predar sobre le venado de las pampas, cérvido cuyas dos poblaciones remanentes (Ozotocerus bezoarcticus celer) están amenazadas. Al parecer sus presas predilectas en la actualidad son el carpincho (Hydrochaerus hydrochaeris)(roedor cuyas poblaciones han aumentado y colonizado nuevas regiones en las pampas), el ñandú (Rhea americana) y ungulados exóticos como los ciervos dama (Dama dama), axis (Axis axis), colorado y el antílope negro (Antilope cervicapra).
• Entre las presas menores figuran el peludo (Chaetophractus villosus), la vizcacha (Lagostomus maximus), la liebre europea (Lepus capensis), el coipo (Myocastor coipus), el cuis (Cavia aperea) y aves y peces que captura en cuerpos lagunares.
• Cuando las presas silvestres disminuyen, en especial las de cierto porte, el puma se vuelca a depredar ganado. La carne de potrillo es la que más le apetece seguida por la de ovinos y luego bovinos.
• Sin soslayar que el puma puede ocasionar daños significativos en determinadas producciones agropecuarias, suele suceder que muchas veces resulta ser el chivo expiatorio perfecto para las pérdidas de ganado ocasionadas por malas prácticas ganaderas, entre las que se cuentan el mal uso del recurso suelo, dando como resultado problemas nutricionales y sanitarios, por la falta de instalaciones apropiadas, etc. Es bien sabido que por ejemplo en Patagonia, la producción ovina se derrumbó no a causa de los depredadores sino como consecuencia de la perdida de pastizales naturales debido al sobrepastoreo, a causa de la depreciación del valor de la lana, de la falta de inversión en caminos y a muchos otros factores a los que se sumaron sequias y erupciones volcánicas como la del Hudson (1991) y la del Puyehue (2011). La extracción minera, de crecimiento exponencial en estas provincias también acarrea tremendas consecuencias como la escasez o directamente la falta de agua. Asimismo, en muchas ocasiones se culpa al puma de ataques perpetrados por perros cimarrones o incluso perros de los mismos campos.
El puma como todo predador tope ejerce un rol fundamental en los ecosistemas, ya que limita las poblaciones de sus presas; de esta forma tiene una fuerte influencia sobre las comunidades vegetales. Claro ejemplo de esto fue lo ocurrido en Yellowstone con los lobos y, en menor medida con pumas y osos, que al ser reintroducidos en ese Parque Nacional iniciaron una serie de procesos que enriquecieron su biodiversidad e incluso cambiaron el curso de los ríos, cambiaron el paisaje.
Los pumas se constituyen en una potente fuerza de selección para sus presas, aumentan la competencia entre herbívoros y mantienen a raya poblaciones de predadores intermedios (mesopredadores) a través del fenómeno de muerte interespecífica intragremio. Las interacciones de este félido con los ecosistemas en los que habita son innumerables y cada día se descubren más procesos, así com especies, que se benefician por su mera existencia.